domingo, 8 de febrero de 2015

CONOCER--FAUNA--Amor en el reino animal: Te quiero una bestialidad,./ A FONDO,Bélgica: La yihad en el corazón de Europa,. / EN PRIMER PLANO,William Tallon: el mayordomo que sabía demasiado,.

TÍTULO: CONOCER--FAUNA--Amor en el reino animal: Te quiero una bestialidad,.

Fauna / fotos,.

Amor en el reino animal: Te quiero una bestialidad

Bailan, se baten a muerte, devoran a su pareja, se inflan hasta deformarse, se comprometen a un amor eterno... Los machos del reino animal se esfuerzan al máximo para conseguir pareja. Sin embargo, ellas no suelen caer rendidas. Estudios científicos desvelan que hasta las hembras más fieles 'les ponen los cuernos'. Y sin que ellos se enteren.
Buscar pareja se había convertido en una obsesión. Había disfrutado de meses en el mar comiendo y descansando, pero ahora una nueva inquietud lo empujaba tierra adentro en el lugar más inhóspito del planeta: la Antártida.
Un recorrido de 120 kilómetros por el desolado interior lo llevó a una planicie helada donde centenares de pingüinos destacaban como una mancha negra en un universo de un blanco deslumbrante. El griterío lo animó. La mayoría de los individuos allí congregados eran hembras. Tendría mayores posibilidades de triunfo. Caminando torpemente se acercó al grupo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, comenzó a emitir sonidos y a realizar movimientos rítmicos y exagerados. Era su forma de buscar pareja. La hembra que mejor imitara sus sonidos y sus gestos sería la elegida. De inmediato, media docena de ellas contestaron a su llamada. Poco a poco se fue acercando, pero ninguna le pareció la adecuada. Nuestro exigente pingüino fue recorriendo la colonia despertando el interés de infinidad de hembras a las que rechazó. Cuando por fin dio con su media naranja, habían pasado varias horas. El esfuerzo había merecido la pena. Al unirse a su compañera, había sellado un vínculo para toda la vida. Con ella compartiría las tareas de criar y proteger a sus hijos año tras año en lo que, a primera vista, es un extraño ejemplo de la monogamia en el promiscuo mundo amoroso de los animales.
El mito del amor eterno
Los monógamos son escasos. Entre todas las clases del reino animal las aves y, sobre todo, los mamíferos son los que más practican la fidelidad y, aun así, apenas llegan al cinco por ciento. Se suele poner como ejemplo de monogamia a los dik-dik, de los que se dice que, si muere uno de los miembros de una pareja, el otro le sigue poco después destrozado por la pena. Pero también la practican los chacales, gibones, buitres, caballitos de mar, albatros, nutrias y pingüinos. Los científicos daban por hecho que estos exclusivos ejemplos animales de amor y fidelidad sin fisuras habían basado su estrategia reproductiva en la más absoluta monogamia. Hasta que la ciencia pudo poner en práctica la lectura del indiscreto código genético de los hijos nacidos de parejas monógamas. Recientes estudios han demostrado que cerca del 20 por ciento de los pollos de los amorosos pingüinos son de machos diferentes a los supuestos padres. Tal vez el mismo estudio aplicado a las otras especies monógamas acabe dando resultados inesperados y sorprendentes.
Ellas son las que eligen pareja
A la hora de ligar y encontrar pareja, el reino animal ha experimentado con todas las tácticas imaginables. Desde la monogamia de unos pocos hasta el canibalismo sexual de algunos artrópodos donde la hembra acaba por comerse al macho, toda suerte de comportamientos se dan cita cuando llega el momento de buscar la media naranja. El papel principal suele recaer en los machos. Son ellos quienes tendrán que demostrar sus cualidades para que las hembras, generalmente más pasivas, elijan. Para hacerlo, hay quien apuesta por demostrar su fuerza en combates rituales donde el macho vencedor despierta el amor de las congregadas. Aparecen grandes cuernos, exhuberantes melenas, largos colmillos o deslumbrantes plumajes de vivos colores. Ciervos, antílopes y cabras realizan estos torneos generalmente sin víctimas mortales. Los leones y geladas unos monos de Etiopía apuestan por las melenas, mientras los pavos reales y las avutardas prefieren exhibir sus mejores trajes. Muchos otros optan por demostrar sus cualidades artísticas en danzas rituales que, aunque de aspecto cómico para nosotros, dejan impresionado al sexo opuesto de una forma muy eficaz. Los pingüinos, albatros, peces luchadores y aves del paraíso son algunos de los mejores bailarines del reino animal.
Primorosos amos de casa
Pero aún hay quien se muestra más sofisticado. El pergolero australiano, un ave del tamaño de un mirlo, tiene que adornar su nido con cualquier objeto colorido que encuentre para poder atraer a las hembras. Cuantos más y mejor dispuestos tenga los adornos, más posibilidades de que una hembra se enamore perdidamente de él. El pergolero ordena en pequeños montones pétalos de vivos colores, bayas brillantes, plumas llamativas, alas de insectos, conchas de caracoles y todo lo que pueda sumar color a su nido en forma de tienda de campaña. Cuando llega una hembra, mira el colorido y la disposición de los adornos. Es un auténtico examen de decoración. El mínimo desorden, una mala combinación de colores, y todos los esfuerzos se irán al traste. Por su parte, los machos también tienen sus parcelas de decisión y sus gustos particulares. Los chimpancés, por ejemplo, prefieren a las hembras mayores, parejas experimentadas con un alto estatus social, mientras las comadrejas y otros mustélidos prefieren a las jovencitas. En función de la especie de que se trate, los hay que buscarán a cuantas hembras se les pongan a tiro, los que sufrirán un enamoramiento pasajero uniéndose a su pareja únicamente durante el periodo de reproducción y cría, cambiando de pareja cada año, y los que se emparejarán de por vida.
Sus distintos cortejos:
- León: Amor por la fuerza. Los leones forman familias donde un macho dominante se gana el favor de todas las hembras utilizando la fuerza bruta. Para seducir a las leonas, el macho debe vencer al jefe en funciones en combates que suelen terminar con la muerte de uno de los contendientes. Una vez superada la prueba, todas las leonas lo considerarán el padre apropiado con el que tener descendencia.
-Pingüino: La fidelidad ya no es lo que era. La monogamia es muy poco frecuente en el mundo animal. Los pingüinos han sido ejemplos de esta fidelidad parental. O lo eran. Estudios del ADN de los huevos demuestran que el 20 por ciento de las puestas de estas aves son producto de infidelidades.

-Caballito de mar: Armas de mujer. Entre los caballitos de mar, la hembra asegura el compromiso del macho en el cuidado de sus pequeños inyectándole los huevos en una cavidad que tienen en la zona ventral. Cuando las crías eclosionan saldrán del vientre de su padre.
-Albatros: ¡Lo que hay que hacer para ligar! Un albatros viajero corteja a una hembra en Georgia del Sur, una isla en el Oceáno Atlántico. Los albatros deben realizar un baile de cortejo muy elaborado para conquistar a una hembra. El trabajo merece la pena. Cuando lo consigue, la unión es de por vida. Año tras año, macho y hembra se encuentran en el mismo lugar a la hora de reproducirse. Y año tras año, al reencontrarse, repetirán las pautas de su danza amorosa para renovar sus votos.
-Ardilla: ¿un besito? También hay besos en el mundo animal. Diferentes especies unen sus bocas en aparentes ósculos apasionados. De esta manera, algunos animales ofrecen comida como regalo a su pretendida. Otros, sin embargo, lo utilizan como medio de comunicación para acreditar la posición social de cada uno, como herramienta para premasticar la comida que darán a sus crías o, simplemente, como sello de identificación personal.

-Insecto: Amor caníbal. Buscar pareja puede convertirse en una tarea peligrosa si eres un insecto o un arácnido. Las mantis religiosas hembra, mucho mayores que los machos, enamoran a sus parejas mostrándose amables y dispuestas. Pero, al acabar de aparearse, con frecuencia atrapan al macho y se lo comen, consiguiendo así las proteínas extras que necesitan para desarrollar y poner los huevos.
-Pez: Gana el más grande. A pesar de lo que pueda parecer, los peces mandarín del Pacífico occidental no utilizan sus vivos colores para atraer a su pareja. Ambos son de idéntico color, un aviso para advertir a los depredadores de que son tóxicos. En el cortejo, las hembras se fijan en el tamaño de sus pretendientes. El más grande gana. Para conseguir parecer aún mayores, los machos han desarrollado una primera aleta dorsal que se levanta como una vela.
-Jirafa: bisexualidad. Los machos no son territoriales, ni monógamos ni cuidan de sus hijos. Buscan a las hembras, las cortejan con sus cuellos y, si otro macho se postula, se pelean con él. Aunque no todo es testosterona entre el sexo masculino. El 50 por ciento de las relaciones de los machos son homosexuales. Entre las hembras, sin embargo, apenas el uno por ciento de la especie practica el sexo con otras féminas.
Para saber más: Sexual selection: what we can and cant learn about sex from animals. Marlene Zuk. University of California Press, 2003.   
The evolution of sex determination. Leo Beukeboom & Nicolas Perrin. Oxford University Press, 2014. 

 TÍTULO: A FONDO,Bélgica: La yihad en el corazón de Europa,.


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Bélgica: La yihad en el corazón de Europa

De este pequeño país salen más jóvenes yihadistas que de cualquier otro lugar de la Unión Europea. Esta semana, además, se dicta sentencia contra la organización clave en el reclutamiento de combatientes, Sharia4Belgium, con 46 imputados. Se trata del primer macroproceso contra el yihadismo en Europa. ¿Qué está pasando en Bélgica? Se lo contamos.
De la rotonda Schuman, en el barrio europeo de Bruselas, al distrito de Molenbeek hay 15 minutos de autobús o 7 paradas de metro, pero es mejor ir caminando para hacerse una idea de la gran paradoja que anida en el corazón de la Unión Europea. Por el camino se cruzará con gente trajeada entrando y saliendo de edificios de acero y cristal ultravigilados y rodeados de zonas verdes; funcionarios de la Comisión y el Parlamento europeos; periodistas, asesores, lobistas... Nada más cruzar el canal, sin embargo, se sentirá como en Marruecos. Ha llegado a Molenbeek, un barrio de inmigrantes norteafricanos .La primera generación llegó en los sesenta para trabajar en el acero. Las fábricas cerraron y hoy son pensionistas, pero sus nietos están desempleados (el 45 por ciento de los jóvenes del barrio). Algunos se han ido a Siria e Irak. Es el patio trasero del yihadismo, la cantera europea del Estado Islámico. No en vano el distrito fue tomado en enero por las fuerzas de seguridad durante las redadas que frustraron un atentado al estilo Charlie Hebdo y que se saldaron con dos terroristas abatidos en un tiroteo.
Sorprende que la pequeña Bélgica, con 11 millones de habitantes, lidere el ranking de combatientes radicales de Europa Occidental: 40 yihadistas por millón de habitantes, 440 en total. Son datos de un informe del Centro Internacional de Estudios para la Radicalización (ICSR por sus siglas en inglés), publicado el 26 de enero, según el cual hay más de 20.000 extranjeros combatiendo en Siria e Irak. A Bélgica lo siguen Dinamarca (27 per cápita), Suecia (19), Francia (18), Austria (17), Holanda (14,5), Noruega (12) y el Reino Unido (9,5). España no llega al 2 per cápita (unos 70).
La psicosis en Bélgica arrecia estos días porque esta semana, el día 11, se dicta sentencia contra los integrantes de Sharia4Belgium (Sharia para Bélgica), una organización clave en el reclutamiento de combatientes. Se calcula que el 10 por ciento de los belgas que han combatido en Siria e Irak tenían vínculos con este grupo ya desarticulado. Se trata del primer macroproceso contra el yihadismo en la UE. De los 46 imputados, 37 se hallan en paradero desconocido. El líder era el jeque Fouad Belkacem, que lanzaba proclamas en YouTube y amenazó con volar el Atomium de Bruselas. Con estilo provocador, en sus webs exigía al rey y al Parlamento belgas que se convirtiesen al islam, mientras aseguraba que la sharia (ley coránica) es el mejor sistema legal. Aunque el grupo está disuelto, su inercia no se ha frenado y han surgido plataformas similares.
Belkacem usaba las redes sociales para pintar una imagen idílica del Estado Islámico: villas con piscina para los yihadistas, zumo de frutas para desayunar... Casi unas vacaciones pagadas. O una luna de miel, pues se conciertan matrimonios por Internet. Nada que ver con el escenario que dibujan las cifras de la guerra civil en Siria, donde han muerto ya unas 200.000 personas, según la ONU. En el califato del Estado Islámico, de hecho, las decapitaciones, el exterminio de las minorías religiosas, la ablación, los secuestros, las violaciones y los asesinatos son moneda corriente.Pero esta publicidad engañosa no puede explicar por sí sola el fenómeno. También hay un consumidor muy dispuesto a tragarse el anzuelo.
Para Montasser Aldeemeh, investigador de la radicalización de la Universidad de Amberes que se infiltró entre los yihadistas y viajó a Siria, la razón de todo es el fracaso de la integración.El 6 por ciento de los belgas, 600.000, son musulmanes; la mayoría, de origen marroquí. Y el 80 por ciento de los extremistas son originarios de Marruecos de segunda o tercera generación. Una minoría se ha sometido a lo que los expertos denominan «proceso de reislamización», una conversión a las tendencias radicales, ajeno a sus propias familias, para las que se convierten en unos extraños. «Estos jóvenes sienten que no están representados por la política belga. No votan analiza Montasser Aldeemeh. Pero no existe un perfil único. Influye el paro, una infancia difícil, el ansia de aventura... El mensaje del Estado Islámico les resulta atractivo porque les da una identidad. Ya no se sienten belgas o marroquíes. No se sienten parte de esas sociedades. Imagine la situación: dos de tus amigos se han ido a Siria. Tú estás en contacto con ellos por Facebook y te dicen que allí tienen unos ríos muy bonitos y Kalashnikovs; que en Siria serías alguien y que en Bélgica no eres nadie. Contactando a musulmanes que se sienten igual que ellos tratan de satisfacer la necesidad de reconocimiento». Maldeemeh y otros investigadores como Christiane Timmerman y Noel Clycq también detectan un problema con los imanes: «Vienen del extranjero. No hablan francés ni neerlandés. No conocen cómo viven los jóvenes en un país occidental. El Gobierno debe exigirles que conozcan la cultura del país al que han llegado».Muchos de los radicales tienen antecedentes por delitos comunes. En las cárceles belgas hay 5000 musulmanes, el 45 por ciento de la población carcelaria. Para Gilles de Kerchove, coordinador antiterrorista de la UE, el campo de batalla está sobre todo en las redes sociales. Por eso ha pedido la colaboración de los operadores de Internet y el refuerzo de las fronteras exteriores del área Schengen y las bases de datos para controlar a los viajeros. El sociólogo de las religiones Felice Dassetto, profesor de la Universidad Católica de Lovaina, pronostica que la mitad de la población de Bruselas será musulmana en 2030. El instituto de estadística ya señaló en 2010 que allí el nombre más popular atribuido a los bebés era Mohamed. 
Según Dassetto, entre los inmigrantes «hay muchos indiferentes a la religión, pero hay otros que mantienen vínculos muy rígidos con las creencias de sus países de origen». Los líderes de la comunidad musulmana, por su parte, apuntan al peligro de la estigmatización que, a su vez, retroalimenta a los radicales y los carga falsamente de razones. Mohamed Achaibi, un portavoz, señala que estos jóvenes se sienten rechazados porque visten según el código islámico; o los miran mal por dejarse barba o porque pretenden rezar cinco veces al día en el trabajo.Pero los que traen de cabeza a las fuerzas de seguridad no son los que se van para vivir según las normas coránicas, sino los que vuelven. «Entre un 5 y 10 por ciento de los yihadistas extranjeros han muerto en combate y entre el 10 y el 30 por ciento han vuelto a sus países o esperan su oportunidad en algún país de tránsito», calcula Peter Neumann, director del ICSR. A Bélgica han regresado unos 100. A España, según Interior, 10. Ante el miedo a los retornados, el Gobierno belga ha puesto al Ejército a vigilar edificios públicos; y las ventas de chalecos antibalas se han multiplicado por 5. Todo ello en un país que, hasta 2013, era el único europeo donde se podían comprar armas de fuego libremente. Existe, además, una comunidad judía muy importante que ya ha sufrido atentados. Un rabino, Menachem Margolin, reconoce: «Los judíos tienen miedo de ir a la sinagoga, al colegio e incluso al supermercado. Yo tengo mucho cuidado por la calle, sobre todo si voy acompañado de mis hijos». El miedo conduce a la islamofobia en un país muy fracturado entre flamencos y valones cuyos musulmanes son francoparlantes de las antiguas colonias galas, lo que irrita a los flamencos y desestabiliza aún más el precario equilibrio nacional. «Nadie sabe bien por qué regresan los yihadistas reflexiona Aldeemeh. Creo que una mayoría quiere reintegrarse, pero no es fácil. Muchos padres les piden a sus hijos que vuelvan, pero se arriesgan a pasar varios años en prisión». Además, añade, un atentado lo puede cometer cualquiera que simpatice con el Estado Islámico sin haber estado en Siria.Con algunos retornados, el Gobierno belga ha sido pionero en realizar programas de 'desrradicalización', financiados por la UE. Se los detiene, se los interroga, se comprueba que quieren reinsertarse y, a veces, se les da esa oportunidad. Una estrategia de reinserción que despierta muchos recelos. «Si regresan a nuestro país, no pelearán la yihad en Siria, sino en suelo europeo», advierte el senador Filip Dewinter. Lo cierto es que, en las últimas semanas, Bélgica ha lanzado una contundente ofensiva legal. Quiere privar de nacionalidad a los que acudan a la yihad, multiplicar las escuchas telefónicas, endurecer las penas contra el reclutamiento; más controles, más seguridad. Y ahí radica el gran desafío. ¿Para combatir al califato renunciará la Unión Europea a algunos de sus principios y libertades? Yo conviví con los yihadistas Montasser Aldeemeh  Estudioso de la radicalización "No es frecuente que los europeos entren en combate"
Investigador belga de origen palestino, Aldeemeh estudia la radicalización del islamismo. Para su doctorado se infiltró entre yihadistas europeos en Siria. Allí vio el califato de primera mano.
XL. ¿Cómo se le ocurrió infiltrarse? M.A. Cuando empecé mi tesis sobre los europeos que se van a Siria, sentía que me faltaban muchas cosas. Todos los días vemos noticias, ¿pero quién ha estado con ellos? Así que contacté con yihadistas belgas. XL. ¿Cómo? M.A. Por Facebook. Me presenté como estudiante y me fui ganando su confianza. Un día les pregunté si podíamos vernos. Pasó un mes hasta que un emir del Frente Al Nusra (Al Qaeda en Siria) dio el consentimiento. XL. ¿No pensaron que era un espía? M.A. No. Revisaron mi trabajo en Internet, leyeron mis artículos... En Siria, de hecho, fui secuestrado unas horas por un grupo. Vieron la carta que me había dado uno de los líderes de Al Nusra y me soltaron. XL. ¿Pasó muchos controles policiales? M.A. Fue fácil entrar. Cruzas la frontera solo con pagarle 50 dólares a un soldado turco. XL. ¿Y qué hizo allí? M.A. Entrevisté a yihadistas. Conocí a unos 40 europeos: de Holanda, Bélgica, el Reino Unido, Francia... XL. ¿Se lo dijo a su familia? M.A. Si mi madre se pone a llorar, no me voy. Se lo conté a un amigo. Me dijo que estaba loco. XL. ¿Cuál es el perfil de los jóvenes con los que se encontró? M.A. No son niños. Hay algunos de 19 años, pero la mayoría son veinteañeros y treintañeros. Y no todos estaban en paro. Hay que enviarles un mensaje claro: deben saber lo que los espera al volver. Pero, en paralelo, debemos estar abiertos al diálogo. XL. ¿Cómo vivían allí? M.A. La mayoría de los belgas están casados. Sus mujeres van a reunirse con ellos o han concertado un matrimonio por Internet. Hablaban de política, hacían deporte, jugaban con los niños... Poco después de irme, la villa donde estuve fue bombardeada. XL. ¿De dónde sacan el dinero? M.A. Iban a gastos pagados. Tienen coches a su disposición, gasolina, comida y alojamiento gratis. XL. ¿Pero combatían? M.A. Hacen de guardia fronteriza del califato. Es infrecuente que los europeos entren en acción. XL. Ahora que ha vuelto, ¿teme represalias? M.A. Seguro que a los que conocí no les gustan mis opiniones, pero no tengo miedo. XL. Alerta del riesgo de los retornados... M.A. Forma parte de su estrategia que lobos solitarios golpeen ciudades occidentales. Quieren extender la guerra, crear miedo y que reaccionemos enviando tropas allí.Creen que Occidente será derrotado en Dabiq (norte de Siria), porque así fue profetizado. XL. Ha creado una oficina para la paz... M.A. Soy investigador, pero muchos padres de yihadistas me cuentan sus problemas y trato de ayudarlos. Hablo con jóvenes e intento canalizar sus frustraciones. Doy seminarios en escuelas y universidades y recomendaciones a la Policía y los políticos. XL. ¿Ser de origen palestino ha influido en sus elecciones? M.A. Nací en un campo de refugiados, y a los dos años mi familia emigró a Bélgica. Conozco la injusticia, pero lucho contra la polarización y los conflictos. Todos somos hermanos. He visitado campos de concentración, sé algo de hebreo, he estudiado su historia.

TÍTULO:EN PRIMER PLANO,William Tallon: el mayordomo que sabía demasiado,.
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William Tallon: el mayordomo que sabía demasiado

Fue el leal mayordomo de la reina madre durante 54 años. Pocos como él tuvieron un acceso tan cercano a la familia real. Venerado por los británicos, se llevó a la tumba todos sus secretos. Hasta que una biografía ha sacado su lado oscuro. El suyo y el de su jefa.
William Tallon era el mayordomo perfecto. O eso aparentaba. Un servidor devoto que durante 50 años procuró que la 'abuelita', como la llamaba el príncipe Carlos, estuviese primorosamente atendida. Su jornada se extendía desde las 7:30 horas, cuando entregaba a la doncella la bandeja del desayuno té aguado, un bol con semillas de amapola y una rajita de melón para que se lo sirviese en la cama, hasta altas horas de la noche, pues la reina madre solía acostarse tarde.
Tallon siempre fue discreto. Los tabloides le hubieran pagado una fortuna por desvelar los secretos palaciegos, pero él nunca cayó en la tentación. A pesar de su magro sueldo unos 13.000 euros anuales, aunque con alojamiento y comida gratis y de que terminó malviviendo de una irrisoria pensión. Tallon se llevó sus secretos a la tumba. Pero casi ocho años después de su muerte le siguen tirando de la lengua. Y esta vez no puede hacer nada. Ni él, que es el biografiado en un libro que se publica el mes que viene y ya ha provocado reacciones furiosas; ni la reina madre, que es la víctima colateral de la biografía. Según el avance de la editorial, la madre de Isabel II pasó «ebria y lunática» las últimas dos décadas de su larguísima vida. El texto está escrito por Thomas Quinn, especialista en airear los trapos sucios de las grandes familias del Reino Unido. Según Quinn, la mujer de Jorge VI veneraba a su mayordomo porque, entre otras cosas, sabía hacer los gin-tonics como a ella le gustaban: «Nueve décimas partes de ginebra y una de tónica». 
Y asegura el autor: «De cara a la galería, la familia real era un modelo de recato. Pero Tallon los veía en la intimidad. Bebían, fumaban, blasfemaban y hacían bromas crueles. Los Windsor odian las conversaciones serias. Y cuentan chistes a expensas de otros miembros de la familia. La reina madre era especialmente ingeniosa. En parte, por su gran sentido del humor y, en parte, porque durante los últimos 20 años perdió la cabeza hasta el borde de la demencia».La reacción de la familia real no se ha hecho esperar. La sobrina de la reina madre Margaret Rhodes, de 89 años, califica de chismes todas estas afirmaciones. «Escribir esas majaderías sobre alguien que está muerto y no puede defenderse es obsceno. Además, ella no solía beber gin-tonics, prefería Martini con ginebra. Y se preparaba los cócteles ella misma. No bebía más que uno o dos por las tardes, porque era muy consciente de su estatus y de lo que podía o no podía hacer alguien de su posición. Es verdad que tenía un maravilloso sentido del humor. Y se reía hasta las lágrimas viendo algunos programas de la televisión. Pero no perdió la cabeza. Podía hablar con cualquiera de cualquier cosa, ya fuera del cultivo de los rododendros o de poesía persa. Tuvo la cabeza lúcida hasta el final».
La venganza de los colegas
A falta de las confidencias del propio Tallon, el biógrafo ha echado mano de entrevistas con el personal doméstico que trabajó a sus órdenes en Clarence House, la residencia de la reina madre, donde no se movía un plumero sin que él lo supiese. Y no escasean las fuentes porque entre criados, amas de llaves, chóferes, doncellas y pajes llegaron a sumar 72 personas.Tallon era atento y encantador. El príncipe Carlos lo tenía en alta consideración. Los británicos lo consideran casi como un tesoro nacional. Y lo llamaban Backstairs Billy (Billy el de la Escalera de Servicio). Era el que sacaba a pasear a los perritos corgis. El que conocía el protocolo al dedillo. El que siempre sabía qué hacer. Un perfeccionista. Y un connoisseur. Amigo de pintores y de artistas. Y siempre al quite para que la reina madre estuviese espléndida, ya fuese Elton John el invitado -con quien acabó marcándose un foxtrot, -ya fuesen veteranos de guerra, a los que Tallon servía güisqui en el té para que la reunión no decayese. Desde luego, era un mago con las bebidas. «Siempre se las arreglaba para que tuvieses la copa llena -detalla un habitual de las cenas de gala en Clarence House-. Daba igual que la taparas con la mano. Te escanciaba el licor entre los dedos».
Ese era Billy a ojos del público. Condecorado con la Medalla de Oro de la Real Orden Victoriana por sus excepcionales servicios, desde su más tierna infancia supo lo que quería: estar junto con los grandes. Coleccionaba álbumes con recortes de prensa de la familia real. Siendo un adolescente, le escribió una carta al rey Jorge VI para solicitarle un empleo. Para su sorpresa, fue llamado a palacio. Tenía 16 años. Empezó su carrera como lacayo de los Windsor en 1951. Y desde 1953 estuvo al servicio de la reina madre, a la que divertían sus modales un tanto grandilocuentes y su porte aristocrático. Tenía muy buena percha. Y era homosexual. Siempre se supo que la reina madre prefirió que a su servicio hubiera gays -mucho antes de que la homosexualidad fuese aceptada o incluso legal-, para evitarse preocupaciones con sus hijas las princesas Isabel y Margarita y porque, según comentó en una carta, podían concentrarse mejor en su tarea, al no tener que ocuparse también de una esposa y una prole; además, estaban siempre dispuestos a viajar sin quejarse.
Tallon se convirtió en una presencia benefectora para la reina madre, que siempre le perdonó sus deslices. «El tonto de Billy ha hecho otra de las suyas», solía murmurar. Porque el mayordomo también tenía un lado oscuro. Muchos de los que estaban a su servicio lo odiaban, lo envidiaban o lo temían. Era muy promiscuo. Un depredador sexual que, según cuentan, elegía a sus conquistas entre el personal de palacio. Y podía hacerle la vida imposible a quien se resistiera a sus avances. Un criado, Liam Cullen-Brooks, lo recuerda como alcohólico y vengativo. «Había clases y clases. Y no me refiero a la familia real, ellos se comportaban bien con nosotros. La brecha era entre los criados veteranos y los novatos como yo. Tallon y su amante, Reginald Wilcock, eran unos déspotas. Y eran insaciables. Siempre estaban al acecho de nuevas presas. Castigaban a los que no se dejaban haciéndoles limpiar la plata o las hojas muertas de una higuera. Cuando habías terminado, sacudían el árbol para que volviesen a caer hojas. Asaltaban las bodegas y las cocinas reales cada fin de semana. Y se llevaban vinos carísimos. Vi a Tallon desplomarse en público, borracho. Pero tenía bula y siempre se salía con la suya», recuerda.
Murió solo y rodeado de recuerdos
Cuando la vida privada de Tallon se convirtió en carnaza para la prensa sensacionalista, hubo presiones para que la reina madre lo expulsara. Pero ella llamó a sus secretarios privados y les dijo: «Los empleos de mis criados no son negociables. Los de ustedes sí». La reina madre murió en 2002, a los 101 años, y Tallon nunca superó el golpe. Pidió que le dejasen despedirse de ella en privado, pero le fue vetado el acceso a la habitación mortuoria. Su alcoholismo se agravó. Y los que le tenían ganas se vengaron. Fue expulsado del servicio doméstico y acabó en un piso londinense, solo, rodeado de recuerdos y de los 644 objetos personales que se llevó de palacio y que fueron subastados después de su muerte. Como su pensión no le llegaba, el príncipe Carlos se las arregló para que le dieran 100 libras extra a la semana, unos 130 euros. Falleció en 2007, a los 72 años, de una dolencia relacionada con el sida. Fue fiel a su señora hasta la muerte. Pero, por lo visto, no va a poder serlo eternamente.
Retazos de un largo y fiel servicio a la corona británica
-En la sombra también hay luz: Tallon es toda una figura en su país. Condecorado con la Medalla de Oro de la Real Orden Victoriana, su vida inspiró un documental de la cadena Channel 4.
-Un hombro para los príncipes: Lady Di fue siempre cercana a Tallon, una especie de segundo padre para su marido. Al poco del divorcio, el príncipe Carlos le confesó: «Estábamos tan enamorados, William. Todo es muy triste».
-Aquella 'carta a los reyes magos': Con 16 años, Tallon escribió una carta al rey Jorge VI para solicitar un empleo... Y el monarca lo llamó a palacio. Dos años después acompañaba a la reina madre de gira por los países de la Commonwealth.
-Los tesoros del mayordomo: Tallon vivió en Clarence House hasta 2002, cuando, al morir su patrona, se mudó a un piso en Londres. A su muerte, en su vivienda se hallaron 644 objetos personales amasados en sus años de servicio real.
-Un 'paparazi' en palacio: Entre los recuerdos que lo acompañaron en sus últimos años, Tallon guardaba fotografías informales de los Windsor, como esta que él mismo tomó en sus años de servicio a la familia real.
-El sirviente apasionado: La reina madre, al parecer, prefería contratar a gays como personal doméstico, para entre otras cosas evitarse disgustos con sus hijas. En ese sentido, Tallon nunca ocultó su relación con Reginal Wilcock, su amante desde los sesenta. Wilcock murió en 2000 y la reina en 2002. Tallon lo haría, alcoholizado, en 2007.

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